La Marcha por el Cambio, convocada por Podemos en Madrid el pasado
sábado, contó con la presencia de medio centenar de antequeranos que nos
trasladamos hasta allí en autobús. Más otros muchos que superaron esta
cifra, que se trasladaron a la capital de España por sus propios medios o
que residen allí por motivos familiares, laborales o de estudios. A
todos nosotros nos unía un sentimiento común: en 2015 comienza el cambio
en España y Antequera es uno de los lugares donde más se va a dejar
sentir este cambio.
El autobús enfiló el camino de Madrid a las
tres de la madrugada. El evidente cansancio por el madrugón era superado
con creces por la ilusión, la esperanza y la certeza de que viajábamos
hacia una cita histórica. No íbamos a Madrid a quejarnos, ni a
protestar, porque eso ya lo hemos hecho bastante y a ninguno de los
partidos de siempre le ha importado nada. Íbamos a expresar que estamos
decididos a tomar las riendas de nuestro futuro, a recuperar las
instituciones para la ciudadanía y a devolver a las personas una vida
digna, por la que tanto lucharon nuestros padres y abuelos. Íbamos a
gritar con alegría, con una sonrisa, que Sí Se Puede.
A las diez
de la mañana caminábamos ya por el Paseo de la Castellana, nos
dispersábamos y reagrupábamos, observando los hitos que encontrábamos
por el camino: grupos de gente muy diversa, jóvenes, mayores,
estudiantes, profesionales, comerciantes, familias enteras con niños
pequeños… Todos unidos por el sentimiento del cambio, de la conciencia
del valor de nuestras decisiones. Unidos en la soberanía del pueblo.
Encontrábamos por el camino furgones policiales y nos sobrevolaba el
helicóptero de la Policía Nacional. Sonreíamos porque también ellos
hacían su trabajo y no pasaba nada: era una jornada festiva, una
celebración de alegría ante la firme voluntad de la gente de construir
un país mejor. En el que las personas sean lo más importante.
Nos
sorprendió mucho la cantidad de veces que nos pararon camino de la
Puerta del Sol para fotografiarnos junto con las pancartas que
llevábamos, que aludían a Antequera Sí Se Puede, la agrupación de
electores que se presenta a las elecciones municipales con el apoyo de
Podemos Antequera. Puede que con ellas llegáramos a más gente que con
muchas de las políticas turísticas del Ayuntamiento.
Temíamos que
el sábado por la mañana lloviera en Madrid, pero no fue así. El cielo
amaneció despejado aunque el día era frío. El ambiente no, el ambiente
era cálido y rebosaba ilusión. Eran las once y en la Puerta del Sol ya
quedaban pocos huecos libres. Habíamos dejado atrás la Cibeles, donde a
las doce comenzaba la manifestación. Un mar de gente desbordaba la plaza
y se derramaba por la calle de Alcalá. El color morado era el
predominante. También se veían banderas de España, republicanas y
monárquicas, conviviendo con la armonía de quienes saben que lo
importante es solucionar los males de nuestra democracia. Sabemos cuáles
son las prioridades: los problemas reales de la gente real.
Innumerables
medios de comunicación, nacionales y extranjeros, cubrían la Marcha del
Cambio. Varios miembros de Podemos Antequera fueron entrevistados por
una radio brasileña. Por supuesto, nombramos a nuestra ciudad con
orgullo. Las televisiones se apiñaban sobre un entarimado situado frente
al escenario. Conforme se acercaba la hora de los
discursos se
hacían más frecuentes las expresiones de alegría coreadas por cientos de
miles de voces: “Sí se puede, sí se puede”, “El pueblo unido jamás será
vencido”, “Tictac, tictac”… Con un civismo modélico, con esperanza, con
la sobrecogedora sensación de que el mundo nos observaba.
Bescansa,
Echenique, Monedero, Errejón, Pablo Iglesias… Emergieron entre el mar
de gente, abrazaron y fueron literalmente estrujados hasta llegar al
escenario. Sus palabras fueron la confirmación de que está en marcha la
reconstrucción de España. Una reconstrucción moral, de valores
democráticos, inclusiva, en la que vamos a recuperar los servicios
públicos, los derechos de ciudadanía y también la economía. La economía
de las personas. Vamos a recuperar las instituciones y a regenerar la
democracia. Porque somos patriotas que queremos lo mejor para nuestro
país.
La multitud se movía muy lentamente. Una hora después de
acabar la manifestación y los discursos aún estábamos en la Puerta del
Sol. Eran las tres y media de la tarde. Aún teníamos que comer y el
autobús regresaba a Antequera a las cinco. Cuando llegamos a nuestra
ciudad, emocionados y contentos, sabíamos que el 31 de enero de 2015 era
una fecha histórica. Antequera estuvo allí.
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